Si quieres tener una mentalidad ganadora de “súper millonario”, tienes que desarrollar al menos las 9 cualidades que los distinguen, según la revista INC.
Son cualidades que Elon Musk, Jeff Bezos, Bill Gates y muchos otros millonarios tienen en común. Porque uno de los factores más determinantes en la búsqueda del éxito es nuestra mentalidad.
Si cultivas una mentalidad abundante, próspera y conectada con tu propósito, lograrás superar el status quo. Y estas son las 9 cualidades en las que debes enfocarte:
1) Impulso: Se cautivan, concentran y enfocan en sus ideas. 2) Determinación: Rendirse no está en el diccionario e incluso desarrollan una visión a largo plazo que les mantiene con actitud resolutiva, lejos de derrotismos y autocompasión. 3) Habilidades sociales: Su forma de comunicarse, persuadir y conectar con otros es increíble. Saben que no pueden sobrevivir andando solos. No tienen miedo de críticos ni detractores. 4) No se conforman: Detectan oportunidades más allá de sus límites y expectativas, construyendo su propio camino. Incluso llegan a disfrutar nadar contra corriente. 5) Autoconfianza: Creen firmemente en sus propias habilidades, aceptando que el éxito depende de su esfuerzo y no de la suerte. Están seguros de sí mismos y tienen la fortaleza de enfrentarse a cualquier problema. 6) Trabajan con ética: Son responsables, muy orientados al logro, con metas desafiantes y gran motivación en hacer las cosas mejor. Logran realmente inspirar a otros. 7) Fuerte intuición: Sí, realmente sí, escuchan su intuición y se dejan llevar por corazonadas y emociones, las cuales contrastan con datos y análisis. Es un método que logra equilibrar lo consciente e inconsciente. 8) Mentalidad competitiva: Están hechos de hierro frente a la competencia, incluso alimenta su ambición y claridad. Están más cómodos tolerando la incertidumbre, la presión y la frustración. 9) Tolerancia al riesgo: Toman riesgos calculados sin comprometer pérdidas reales, pero sí atreviéndose a arriesgar para ganar. Importante: Para tomar riesgos, no hay que ser impulsivos.
Ahora te invito a reflexionar: ¿Cuál de estas cualidades de los súper millonarios ya forma parte de ti? ¿De qué forma vas a cultivar el resto? Atrévete a derribar esas barreras que hoy te frenan a tener confianza y salir adelante. ¡Toma acción!
Cuando hablamos de modelos de negocios, nos referimos al modo en el que un negocio o empresa va a funcionar. Y, probablemente te has llegado a preguntar: ¿Tengo en mente iniciar un negocio, pero no sé en cuál área voy a desarrollarme? ¿O ya estoy en el mercado pero desconozco a qué rubro pertenece? ¿Significa lo mismo el término “emprendimiento” del que tanto hablan los demás? Hoy por hoy, el emprendimiento se ha percibido como ese camino de vida para la creación de valor y bienestar en las sociedades, con el propósito de impactar positivamente en nuestro entorno. En un lenguaje más técnico, se conoce como emprendimiento a aquel proceso innovador que integra diversas acciones para proporcionar soluciones a los problemas de las personas.
Sin embargo, es importante reconocer que cada negocio debe enfocarse en una actividad específica, y de esa forma lograr solucionar una necesidad en particular. Del mismo modo, los tipos de emprendimiento son muy distintos, pero todos tienen algo en común, el objetivo de crear soluciones innovadoras y eficientes para solucionar los problemas de las personas y así satisfacer sus necesidades. En análisis, en muchos casos se habla de emprendimiento como una palabra genérica, sin embargo, en realidad, podemos analizar este concepto para revisar el concepto de emprendimiento de acuerdo a su impacto. Por esta razón, en este artículo explicaremos los diferentes tipos de emprendimiento. A continuación descubre los 4 más importante de ello y su principal impacto económico en la sociedad:
– EMPRENDIMIENTO PEQUEÑOS En este rubro clasifican las pequeñas empresas, bajo la dirección del emprendedor como el propio dueño, donde su número de empleados es muy pequeño, son las más rentables para cubrir las necesidades básicas de una familia.
Este tipo de negocio lo podemos percibir en calles o avenidas de nuestras ciudades, son apenas rentables para sus dueños. En las personas con un determinado conocimiento o habilidad que producen un bien artesanal o brindan un servicio, por ejemplo: producción de mermelada casera, servicio de estética a domicilio. Son considerados exitosos si logran mantener las necesidades básicas de sus fundadores. Su impacto económico es limitado, pero valioso por aportar a la subsistencia de sus fundadores. Algunas, crecen orgánicamente para transformarse en Emprendimientos Locales.
– EMPRENDIMIENTOS CON ALCANCE LOCAL Estos tipos de emprendimiento tienen un tipo de enfoque principalmente de un alcance de una o múltiples ciudades dentro de un país. Generalmente, son empresas que inician de partida con un enfoque local, o empresas pequeñas que a raíz de su éxito crecen y pasan a un nivel nacional. Aportan a la economía, contratando colaboradores en múltiples localidades.
La financiación de estas empresas viene a través de un crecimiento orgánico (vía la reinversión de ganancias), o un aporte inicial de socios para su creación. Generalmente, tienen un crecimiento sostenido anual, pero no acelerado. Típicamente, este tipo de emprendimientos no busca inversión externa luego de su estructuración inicial, y busca alcanzar un retorno a sus accionistas mediante pago de dividendos y utilidades.
Tienen un impacto importante en las economías locales, pues pagan impuestos, generan empleos y pagan dividendos a sus socios. Son un valioso motor de la economía local.
– EMPRENDIMIENTOS ESCALABLES “Cada día son más los emprendedores en todo el mundo que buscan desarrollar negocios que apunten a la escalabilidad”. Es decir, negocios que con muy poca inversión logran obtener grandes beneficios económicos en el tiempo. Típicamente tienen un elemento de innovación o un componente de transformación digital en el ADN o diferenciación de la empresa. Como por ejemplo lo son Netflix, Chicfy o Spotify; estas empresas a pesar de dedicarse a comercializar servicios completamente distintos, todas tienen algo en común: son empresas “altamente” escalables. En el ámbito de América Latina podemos mencionar ejemplos como Mercado Libre, Nubank y Rappi entre otros. Tienen la visión de generar grandes niveles de crecimiento, gracias a la innovación y estrategias implementadas. Los negocios tecnológicos, relacionados con el desarrollo de aplicativos y negocios “de comercios electrónicos”, también los puedes tomar de referencia como ejemplo de empresas que se enfocan en el concepto de escalabilidad. Generalmente, su inversión viene de socios externos en múltiples “rondas” de inversión. Y su principal enfoque es el valor de la empresa y sus ventas. Con un foco regional y global. Si son exitosas, su valor e impacto económico es tanto local como regional. Generan pago de impuesto y plazas de trabajo de manera amplia y fortalecen el ecosistema emprendedor alrededor de las mismas.
– EMPRENDIMIENTOS SOCIALES Abarca las actividades emprendedoras e innovadoras de organizaciones sin fines de lucro, personas ligadas a actividades cívicas, y empresas o negocios cuyos programas tienen un aspecto de beneficio social. Este modelo integra tanto el beneficio social como los principios de negocios sostenibles. Se enfoca específicamente en resolver algún problema en su sociedad o comunidad mediante un sistema innovador. En este sentido, la figura de emprendedor social desea ejecutar sus ideas para que las personas puedan tener una mejor calidad de vida en cualquier parte del mundo.
Es importante destacar, que el emprendimiento social abarca a empresas o negocios que tienen un claro objetivo social. Esta tendencia refleja la actividad emprendedora como un tipo de entidad que se ocupa primero de la misión social y después de las ganancias; son las compañías o sociedades de responsabilidad limitada de bajas ganancias. Generalmente, son empresas sin fines de lucro; A pesar de que no generan una rentabilidad económica por no ser su enfoque, el impacto social que tiene impacta muchas personas y crea plazas de trabajo.
En conclusión, en un rápido análisis del concepto emprendimiento, el mismo tiene una gama de impactos dependiendo del tipo de emprendimiento. Todos con un relevante rol, pero con diferentes focos de alcance e impacto económico.
Todos en algún momento de la vida, nos ha tocado experimentar el fracaso, el caso está en que no todos enfrentamos esta situación de la misma manera. Cosechamos sentimientos como el enojo, la frustración y el miedo, sentimientos que, comúnmente nos invaden cuando nos equivocamos, pero hay personas que en lugar de lamentarse deciden aprovechar la experiencia para aprender y salir adelante. Desde pequeños, la mayoría de familias, sociedades, inclusive maestros, nos transmiten la idea de que el fracaso es algo malo para nosotros, y se quedan con la parte negativa de la experiencia – de fracaso – cuando deberían quedarse con la enseñanza que todo fracaso trae. El problema con el fracaso es etiquetarlo de un modo negativo cuando en realidad está trayendo importantes observaciones, lecciones que vale la pena aprender. “Pero me gustaría contagiar la idea de que el fracaso es un maestro hecho y derecho. Un maestro inflexible, que se propone enseñarnos cosas valiosas para nuestro bien.
Las personas actuamos de maneras muy distintas ante los fracasos:
● Para algunos, el fracaso nos enseña, nos hace más sabios, más fuertes y más resistentes. Más importante aún: es probablemente a través del fracaso que conseguimos entender un poco acerca de la naturaleza de lo que va ocurriendo. ● Para otros, el fracaso es el final. Los cierra, y los deja menos capaces, con menor autoconfianza, con menores recursos para manejarse en la vida y mucho menos, para afrontar las adversidades o para re-iniciarse en algún asunto sea éste del plano laboral, amoroso, de estudios, etc. ● Hay otro grupo de personas, que piensan que el fracasar es algo que debe ser soportado. Estas personas consideran que solo soportándolo, estarán preparados para los posteriores desafíos de la vida.
Partiendo de esta idea, el fracaso puede constituirse como una experiencia única, y la más poderosa en la vida de alguien. Es como una especie de Master Express. Si logras pasar el curso, habrás escalado a otro nivel, que con toda seguridad te llevará a nuevos senderos con nuevos retos.
El Fracaso como aprendizaje
En los últimos años desde mi carrera, desde que inicié mi empresa, desde que formé equipos de trabajo, hemos sembrado principios que nos están ayudando a cambiar de fondo esta realidad; el más importante: el éxito es la suma de fracasos. Esto me recuerda a la voz sabia del empresario Thomas Alva Edison cuando dijo: “No he fracasado, he encontrado 10.000 soluciones que no funcionan.” Esto ocurre cuando permitimos que la parte sustancial del fracaso se convierta en bendición. El fracaso contiene información valiosa. Igualmente, el fracaso tiene un papel clave en el proceso emprendedor. No hay duda que el fracaso es importante, va más allá del estigma negativo que lleva implícito la palabra, hay mucho que descubrir y aprender de él. Efectivamente en el sentido formativo, y si se quiere práctico, saber qué ha hecho que las nuevas empresas fracasen puede transformarse en un manual atractivo sobre lo que hay que evitar o decididamente no hacer. De esta manera, vemos algunos casos de reconocidos emprendedores (Steve Jobs, Walt Disney, J.k. Rowling, entre otros) que han logrado superar importantes momentos de crisis y dificultades en sus vidas. Pero generalmente los vemos como casos lejanos porque asumimos que han sido personas destinadas a brillar, pero no es así. “El fracaso será tu mecanismo de aprendizaje para los futuros proyectos de emprendimiento, tanto para la persona que se vio inmerso en la experiencia, como para todas aquellas que están incursionando con una iniciativa para crear una unidad de negocio.”
EL FRACASO COMO HERRAMIENTA DE APRENDIZAJE EN EL EMPRENDIMIENTO
El emprendimiento ha sido una corriente muy acogida durante los últimos años, ya sea para suplir alguna necesidad personal o de terceros, o debido a que se dio una oportunidad en el mercado; esta corriente ha generado cambios en las perspectivas de las personas en el mundo a lo largo del tiempo y en el ámbito educativo. De esta manera, así como existe el éxito dentro del proceso de emprendimiento existe el fracaso, sobre el cual se habla muy poco y existen muy pocos datos que expresan la influencia y la importancia de este en el emprendimiento, que se enfatiza más en los primeros años de vida de consolidación de las ideas de emprendimiento. En los últimos años, el fracaso ha empezado a ser considerado como un factor importante dentro del desarrollo de la iniciativas de emprendimiento, ya que brinda un conjunto de beneficios al emprendedor para que este entienda, priorice e interiorice las fallas y errores que ha generado, para no volverlas a cometer y para estudiar más sobre aquellas que generaron aquel cierre y hundimiento. Cuando se hable de emprendimiento, el fracaso podrá servir como herramienta de aprendizaje para aquellos que fracasaron, como para aquellos que están incursionando en este camino. Sin duda alguna, desde las situaciones adversas y los errores se adquiere más conocimiento, se visualizan nuevas oportunidades de negocio. Al observar que la existente fracasó, y de una u otra manera te impulsa la innovación, en miras de crear o modificar un producto o servicio que no vuelva a fracasar. Por supuesto, siempre se deberá tomar en cuenta los factores riesgosos que generaron la caída, para darles el manejo correcto con el fin de que no vuelvan a interferir en la idea de negocio. No olvides, que nosotros también podemos construir nuestra propia historia, y para ello es importante entender que como profesionales podemos fracasar; si llega a pasar, debemos abrazar el momento, visualizarlo como el manual más conciso de cómo se debe sobrellevar los procesos del negocio, y por otra parte desarrollar en las personas aspectos de importancia como la madurez. Si logras ver el fracaso de otra manera, como un paso inevitable y necesario hacia el éxito, entrarás en otra liga donde podrás llegar aún más lejos.
El trabajo en equipo de calidad es esencial para un emprendimiento exitoso, puesto que lo nutre, lo ayuda a adquirir solidez y a explotar sus recursos y potenciales. No por nada la palabra “empresa” significa “sociedad”; como tal, ésta requiere de una organización adecuada entre sus miembros para subsistir y, más aún, para crecer. Porque emprender no es sólo empezar; también es continuar y escalar, y para ello, todo emprendedor necesita de un buen equipo que lo respalde. Entonces, ¿cómo creamos el equipo perfecto para emprender?
Estas son las cosas que deberías tener en cuenta:
1) El equipo debe ser consistente
Los integrantes de un equipo de trabajo pueden ser muy diferentes entre sí, y de hecho, en cierto punto es necesario que así sea. Pero no hay que permitir que dichas diferencias se conviertan en inconsistencias u obstáculos dentro del equipo. Tú, como líder, debes apuntar a canalizarlas hacia un objetivo común para que funcionen como herramienta de complementación y no de división. Para establecer esta unidad, es necesario asegurar un buen flujo de comunicación interna.
2) El equipo debe compartir una visión Los equipos de trabajo funcionan cuando y porque han interiorizado una visión común que representa con claridad hacia dónde va la empresa y con qué herramientas, valores y estrategias emprenderá su viaje por el mundo de los negocios. Una visión compartida es como un acuerdo universal dentro del equipo que les brinda a sus miembros un marco de acción para lograr un objetivo común. Es también un motor para la resiliencia, es decir, para aumentar la capacidad de adaptarse y/o recuperarse ante las dificultades que puede atravesar un emprendimiento. 3) El equipo debe tener roles claros Cada integrante del equipo debe tener un rol definido basado en sus competencias. Esto disminuye las redundancias dentro del equipo y amplía la productividad y la eficiencia del mismo. Los roles, además, motivan a los miembros del equipo puesto que, gracias a ellos, sus talentos y aportes son más reconocidos, valorados y potenciados. En última instancia, el crecimiento profesional de los individuos deriva en el crecimiento de la empresa. 4) El equipo debe tener un plan de contingencia Los planes de contingencia conforman una estrategia proactiva para lidiar con las dificultades; por eso, todo equipo de trabajo debería tener uno previamente elaborado siempre a mano. El plan debe estar diseñado para funcionar imparcialmente en caso de desacuerdos en el equipo, para así mantener la solidez del mismo y evitar complicaciones mayores.
5) El equipo debe tener un líder efectivo El liderazgo efectivo es fundamental para que un equipo de trabajo se sustente en el tiempo. Un buen líder influye positivamente a los miembros del mismo —y por ende, en la empresa— a través de la motivación y la orientación. En palabras de Steve Jobs, fundador de Apple: “La administración se trata de persuadir a las personas a hacer cosas que no quieren hacer, mientras que el liderazgo se trata de inspirar a las personas a hacer cosas que nunca pensaron que podían hacer”.
¿Cuántas veces ha tenido que explicar los conceptos de innovación corporativa a un nuevo colega, jefe o socio? No todas las personas con las que trabaja tienen tantos conocimientos sobre innovación corporativa como usted; por lo tanto, para intentar ayudarlo a no tener que repetir lo mismo cada vez, hemos elaborado el resumen ejecutivo de la empresa emergente corporativa que puede ver a continuación. La mejor forma de innovar es que una gran empresa se vea a sí misma como un ecosistema de innovación. Debido a su negocio principal, una empresa establecida no puede ser tan flexible como una empresa que está iniciando, que puede lanzarse a crear un solo producto. En cambio, las empresas establecidas necesitan incrementar sus capacidades de innovación desde adentro, sin poner en peligro su negocio principal. Esto requiere un gran cambio en la estructura organizativa, que en última instancia debería conducir a una empresa que pueda buscar nuevos modelos de negocio y ejecutar los modelos ya existentes. La transición a una organización ambidiestra inicia con una recalibración estratégica y una nueva forma de gestión. La organización ha de crear una tesis de innovación, en la que la organización prediga de forma convincente hacia dónde va su sector y cómo puede utilizarse la innovación para mantenerse relevante. Las compañías establecidas tienen que dejar de pensar y actuar como si fuesen organizaciones monolíticas únicas con un modelo de negocio. Todas las empresas contemporáneas necesitan crear una cartera equilibrada, una mezcla de productos rentables establecidos y nuevos productos que actualmente están buscando modelos de negocios rentables. Se necesita un marco de innovación para analizar y gestionar el portafolio de innovación. Más allá de los tres tipos de innovación (central, adyacente y transformacional), el marco es utilizado para mapear los productos en términos de dónde se encuentran en su viaje de innovación. El mapeo del portafolio en estas dos dimensiones le permite a una empresa no solamente tener una idea de qué tan equilibrado está el portafolio, sino también saber dónde se encuentran los productos en su trayectoria a la innovación. Para poder medir el desempeño de los equipos de innovación en su búsqueda de modelos comerciales rentables, no es posible utilizar el indicador clave de rendimiento financiero tradicional. Es necesaria una nueva forma de rendición de cuentas, llamada contabilidad de la innovación. Una forma de contabilidad que emplea métricas alternativas, como la cantidad de nuevas ideas que genera una organización, el porcentaje de innovaciones con un ajuste comprobado de producto/mercado o la velocidad de aprendizaje.
La práctica de la innovación es la cara vanguardista de un ecosistema innovador. Ese es el momento de la verdad; es donde se generan, prueban y escalan las ideas. Los otros elementos del ecosistema no pueden prosperar sin una gran práctica de innovación, por ejemplo, una compañía no puede desarrollar su tesis de innovación o equilibrar su portafolio si los equipos de productos no prueban nuevas ideas de productos con los clientes.
Extraído de: https://medium.com/the-corporate-startup/an-executive-summary-of-the-corporate-startup-f17c8e95359c
¡Felicidades! Al iniciar tu compañía, acabas de dar un paso importante. Ahora debes tomar una decisión que definirá su rumbo: quién estará al frente del barco. ¿Cómo saber si eres el líder indicado para hacer despegar tu negocio y consolidarlo en el mercado?
P: ¿Soy el líder adecuado para hacer despegar mi negocio?
R: Los líderes son visionarios creativos, seguro; pero no todos los emprendedores están preparados para levantar una empresa desde sus cimientos. Randy Nelson, autor de La Segunda Decisión: El Emprendedor Calificado, sugiere este enfoque de tres pasos para decidir si debes o no permanecer al frente de tu empresa.
1. Rodéate de consejeros independientes. Nelson, quien vendió dos empresas que fundó, explica que para empezar se apoyó en un grupo de asesores. El objetivo: buscar una opinión objetiva que le permitiera evaluar mejor sus propias fortalezas y debilidades.
2. Reconoce tus deficiencias, y a continuación, actúa sobre ellas. “Cuando eres más consciente de ti mismo, te dices ‘quiero mejorar’”, explica Nelson. Él llama a este paso la transición de “no sé que no sé” a “sé que no sé”.
3. Analiza tus motivaciones. En este punto del camino, los empresarios saben qué es lo que tienen que hacer y pueden medir no sólo su capacidad, sino también su voluntad. “Una vez que sabes eso, el tercer paso es preguntarte: ¿realmente quiero hacerlo? Tal vez sea momento de hacer algo nuevo o diferente”, finaliza el experto.