Design Sprint: Una manera de hacer más y más rápido

Suele suceder que cuando pensamos en innovación o en diseñar nuevos productos / servicios o en
resolver grandes problemas de la organización o de un emprendimiento, lo asociamos con un gran
esfuerzo, mucho tiempo y a veces también dinero.

De alguna forma, eso es lo que Design Sprint viene a solucionar: una metodología con la cual en sólo
4 días (en la versión 2.0. Originalmente eran 5 días) pueden crearse ideas creativas, prototiparlas y
testearlas para validarlas, sea que resuelvan un problema o que se conviertan en una innovación. Y
todo eso además de una forma ágil, divertida y en equipo.

Su creador, Jake Knapp, quien trabajó en Microsoft y en Google (empresa en la cual trabajaba cuando
creó Design Sprint), se obsesionó con mejorar los procesos de equipo, ya que en ambas empresas se
encontraba con la misma problemática: períodos largos de tiempo para sacar a la luz los proyectos y
muchas deficiencias en los talleres de brainstorming que facilitaba. De hecho, se dio cuenta que las
ideas que se llevaban a cabo en los brainstorming grupales no eran las de mayor éxito, sino las que
surgían de forma espontánea e individual, como esperando un café, duchándose o en la fila del
supermercado.

Así surge Design Sprint, en una combinación del diseño con la gestión del tiempo, con el objetivo de
dedicar foco al 100% a un proyecto durante 4 días y con la mirada de distintos actores involucrados
en una problemática o idea.

¿Por qué utilizar esta metodología?

Principalmente porque ofrece un camino para resolver grandes problemas, probar nuevas ideas, ser
más eficientes, ahorrar tiempo y dinero y así pasar de largos procesos de innovación o resolución de
problemas, a crear propuestas para probar, y en su caso de forma rápida y barata desecharlas cuando
no pasan el testeo y/o o continuar con las que sí.

Asimismo, otro aspecto positivo es que la metodología no sólo arroja buenos resultados en la
implementación de un sprint completo, sino también aplicando sus principios o incluso partes del
proceso, dependiendo la complejidad de la situación.
En su libro “Design Sprint: How to solve Big Problems and Test New Ideas in Just Five Days”, Jake
Knapp propone algunos ejemplos de situaciones donde puede utilizarse parte del proceso o sus
principios:

Si necesita tomar una pequeña decisión en una reunión y no quiere caer en el engorroso
intercambio de opiniones interminable

Si se encuentra frustrado por los problemas, y busca una salida diferente

Si habla de soluciones en abstracto, y necesita hacerlas concretas

¿Qué hace eficiente e interesante a esta metodología?

● Se cuenta con tiempo individual para producir ideas
● Se priorizan ideas a través de votos, y no en un intercambio interminable de opiniones
subjetivas
● Los tiempos son acotados y explícitos, lo cual obliga a concentrarse
● Al incluir un día para crear prototipo y uno para testear, al final del proceso no hay sólo
buenas ideas, sino también validación con usuarios / interesados reales

En palabras de su creador:

“Los sprints ofrecen un camino para resolver grandes problemas, probar nuevas ideas, hacer más y
hacerlo más rápido. También te permiten divertirte más en el camino. En otras palabras, tienes que
probar uno por ti mismo. Pongámonos a trabajar”.

¿Te animas a probarlo?

Referencias: Quieres profundizar en este tema, puedes adquirir el curso de Design Sprint en esta
misma plataforma, en la que detallamos el paso a paso de la metodología como también sus
principios para que puedas implementarlo en tus próximos desafíos.

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